En la agricultura, proteger la calidad de los frutos es esencial para garantizar tanto la productividad como la inocuidad de las cosechas. Sin embargo, uno de los principales desafíos que enfrentan los productores son las plagas. En este artículo te explicamos cómo afectan las plagas a los frutos, cuáles son las más comunes, qué riesgos implican y cómo proteger tus cultivos de manera más sustentable.
Efectos de las plagas en los frutos (y por qué son una amenaza)
Las plagas representan una grave amenaza para los cultivos agrícolas, afectando de manera directa a los frutos, que suelen ser uno de los órganos más vulnerables de la planta. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada año se pierde hasta el 40% de la producción agrícola mundial debido a plagas. Entre los principales efectos que provocan se encuentran:
- Daño físico directo: Mordidas, perforaciones o deformaciones en la superficie del fruto.
- Pérdida de valor comercial: Frutos con daños visibles pierden su atractivo y son rechazados en los mercados de exportación y consumo interno.
- Pérdida de sabor, aroma y valor nutricional: El daño interno puede alterar las propiedades organolépticas del fruto, afectando su aceptación en los estándares de calidad.
- Disminución del rendimiento: Plagas como la mosca de la fruta (Ceratitis capitata) o los gusanos barrenadores pueden reducir drásticamente el volumen de cosecha.
- Incremento de enfermedades: Las heridas generadas por insectos facilitan la entrada de hongos y bacterias, aumentando el riesgo de pudriciones.
- Disminución de la vida postcosecha: Frutos dañados son más vulnerables durante el almacenamiento, transporte y exposición en anaqueles, generando pérdidas económicas.
Frente a este panorama, muchos productores recurren al uso de plaguicidas para controlar el problema. Sin embargo, el uso inadecuado de este tipo de agroquímicos fuertes puede traer consecuencias negativas, como la contaminación del suelo, la afectación a organismos benéficos y riesgos para la salud del consumidor. Por eso, es importante conocer los tipos de plagas y cómo prevenirlas; de este modo se puede optar por métodos de control más eficaces, que protejan tanto la salud del cultivo como el equilibrio del ecosistema agrícola.
Principales plagas que afectan a los frutos
Conocer las plagas más comunes permite actuar de forma preventiva. Algunas de las especies más dañinas son:

- Pulgones: Estos pequeños insectos se alimentan de la savia de las plantas, debilitándolas y transmitiendo enfermedades. La presencia de pulgones puede afectar el tamaño y la calidad de los frutos.
- Gusano barrenador: Se alimentan del interior de los frutos y son una amenaza significativa. Pueden dejar cicatrices, afectar la textura y reducir el valor comercial de la cosecha.
- Mildiú: Este hongo provoca manchas en los frutos y reduce su vida útil. Su presencia puede ser perjudicial para la calidad de la cosecha.
- Mosca de la fruta: Depositan sus huevos en los frutos, y las larvas resultantes se alimentan de la pulpa. Esto puede provocar frutos deformes y poco atractivos.
- Minador: La larva de este insecto ataca las hojas de los cítricos, formando galerías y minas.
- Trips: Estos insectos pueden dañar los frutos, causando manchas y deformaciones.
- Ácaros: Pequeños artrópodos que se alimentan de la savia de las plantas, causando manchas amarillentas y enrojecidas en las hojas y frutos.
Cada plaga exige un manejo especializado para evitar su propagación y mitigar su impacto sobre la producción.

Estrategias efectivas para proteger la cosecha
Comprender cómo afectan las plagas a los frutos y su control oportuno son aspectos claves para reducir las pérdidas. Algunas prácticas efectivas incluyen:
- Monitoreo regular: Revisar los cultivos de forma sistemática permite detectar plagas en sus primeras etapas.
- Control biológico: Introducir enemigos naturales de las plagas, como avispas parasitoides o mariquitas.
- Buenas prácticas agrícolas: Manejo adecuado del riego, poda sanitaria, rotación de cultivos y eliminación de frutos caídos.
- Manejo Integrado de Plagas (MIP): Combinar métodos químicos, físicos y biológicos de manera sostenible.
- Uso de soluciones de bajo impacto ambiental: Actualmente existen alternativas que protegen los cultivos minimizando el daño ecológico.
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